Nuevo ataque en Teocaltiche enciende las alertas
La violencia en Jalisco vuelve a colocarse en el centro del debate nacional tras un nuevo y lamentable episodio que refleja la compleja situación de seguridad en el estado. El reciente asesinato del director de la policía municipal de Teocaltiche ha sacudido a la población y reavivado la preocupación por la escalada de agresiones en la región.
Ejecutan a comisario de Teocaltiche
Fue en la colonia San Martín, al caer la noche del pasado lunes, donde Ramón Grande Moncada, de 53 años, fue ejecutado por sujetos armados mientras se desplazaba en un vehículo particular junto a su esposa. Quien también resultó herida durante el ataque. El municipio, que desde hace dos meses permanece bajo resguardo de fuerzas federales y estatales. Volvió a ser escenario de un acto violento sin que, hasta el momento, se reporten detenciones relacionadas con este hecho.
Una cadena de hechos violentos
Este crimen no es un caso aislado. El 9 de abril, otro policía municipal, Luis Ernesto Chávez Regino, fue asesinado dentro de su propio domicilio. Apenas semanas antes, el 30 de marzo, el activista Juan Pablo Alonzo, líder de la asociación civil Frente Teocaltiche por Nuestra Gente, también fue ultimado en su vivienda, resultando herida su hermana.
Más atrás, el 18 de febrero, ocho policías y un civil fueron secuestrados. Al día siguiente, se encontraron desmembrados los cuerpos de cuatro uniformados, mientras que los demás siguen en calidad de desaparecidos. Este patrón de ataques revela un entorno de alta peligrosidad para quienes representan o defienden el orden en la comunidad.
Exigen respuestas claras
Ante estos hechos, el gobierno municipal, encabezado por la alcaldesa Margarita Villalobos, expresó mediante un comunicado su profunda indignación. Se hizo un llamado urgente a las autoridades estatales y federales: “Exigimos protección real para nuestro pueblo, que se restablezca la paz, la seguridad y la dignidad de nuestros hogares”.
En Jalisco, particularmente en zonas como Teocaltiche, la crisis de seguridad sigue cobrando vidas. Las comunidades afectadas claman por justicia, mientras el Estado enfrenta el desafío de responder con acciones que logren frenar esta oleada de violencia y restaurar la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.