El misterio de un narcotraficante
A pocos días de la captura del «Mayo» Zambada, el legendario capo del narcotráfico mexicano, han surgido nuevas revelaciones que invitan a reflexionar sobre su vida, su influencia y la compleja relación entre el narcotráfico y la política en México. Durante una reciente entrevista con la periodista María Scherer Ibarra, Zambada compartió sus pensamientos sobre temas como el fentanilo, la violencia en el país y su relación con figuras clave de la historia mexicana.
La entrevista: una herencia periodística
El encuentro entre María Scherer y el Mayo no solo representa un hito en su carrera, sino también una continuidad del legado de su padre, el destacado periodista Julio Scherer García. La posibilidad de esta reunión surgió tras una dedicatoria que María escribió en un libro enviado al capo, quien se sintió profundamente conectado con el legado del periodista.
«Para Ismael Zambada, en memoria de su encuentro con mi padre, un hito del periodismo mexicano,» escribió Scherer, sellando así un puente entre dos generaciones.
El «Mayo» y su perspectiva sobre la violencia
Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue cuando Zambada abordó el tema de la violencia en México. Con una serenidad desconcertante, afirmó: «Tiene razón el presidente. Los balazos son peligrosos.» Esta declaración, una referencia indirecta a la polémica estrategia de «abrazos, no balazos» del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pone de manifiesto la complejidad del narcotrafico y su relación con el poder político.
Reflexiones sobre el fentanilo
Zambada también negó categóricamente su implicación en el negocio del fentanilo, una de las drogas más mortíferas que han llegado a los Estados Unidos desde México. «El fentanilo es muy peligroso,» aseguró, desmarcándose de los laboratorios y puntos de venta que las autoridades han vinculado con su organización.
La paz, un ideal lejano
En el transcurso de la conversación, Zambada reafirmó su visón pacifista, declarando: «La paz no se dice, la paz se hace.» Sin embargo, su papel como uno de los narcotraficantes más buscados del mundo contradice esta declaración. La entrevista se llevó a cabo en un ambiente que reflejaba tanto el lujo como la inseguridad de su vida, marcada por el constante acecho de las autoridades.
Conclusión
La figura de Ismael «el Mayo» Zambada sigue siendo un enigma para México y el mundo. Su captura no solo marca un episodio crucial en la lucha contra el narcotráfico, sino que también abre nuevas preguntas sobre la interacción entre el poder, la violencia y la justicia. En palabras de Scherer, esta historia no es solo un tema de investigación periodística, sino también un reflejo de las profundas heridas sociales que persisten en el país.