¿Qué sucedió con los ambulantes?
El lunes, se registró una tensa confrontación en la explanada del Palacio de Bellas Artes, en pleno corazón de la Ciudad de México, entre ambulantes y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Los comerciantes, en su mayoría vendedores de antojitos mexicanos, fueron desalojados por las autoridades tras una serie de desacuerdos que se habían acumulado desde diciembre. Este enfrentamiento no solo ha levantado polémica, sino que también ha puesto en evidencia las dificultades que enfrentan los ambulantes en la zona.
El acuerdo fallido para regular a los ambulantes
El gobierno de la Ciudad de México había logrado un acuerdo con algunos de los líderes del comercio ambulante para regular la presencia de vendedores en áreas como la Alameda y Bellas Artes. Según el acuerdo alcanzado en diciembre, solo se permitiría que entre 60 y 90 puestos se instalasen en esta zona a partir de enero. Sin embargo, Teresa García, líder de una de las organizaciones de comerciantes mazahuas, no aceptó este pacto y ha denunciado que el retiro de sus compañeros fue una medida discriminatoria.
La gresca de la salsa verde
El conflicto se intensificó cuando un grupo de ambulantes se negó a abandonar el lugar, desatando una pelea con los policías encargados de ejecutar el desalojo. Durante el altercado, los vendedores lanzaron alimentos y salsas a los oficiales, lo que provocó un ambiente caótico. La salsa verde, uno de los productos más típicos que los comerciantes vendían, se convirtió en un símbolo de la resistencia. Siendo utilizada por los vendedores para defender sus espacios.
Repercusiones del operativo
Como resultado del operativo, varias personas resultaron lesionadas, dos de ellas por irritación ocular debido a los productos lanzados. También, tres ambulantes fueron detenidos y llevados ante el juez cívico. Las autoridades aseguraron que el operativo fue necesario para evitar el desbordamiento del comercio en la zona, lo que podría haber generado caos. No obstante, los ambulantes aseguran que la represión de su actividad comercial es injustificada y refleja un trato desigual frente a otros grupos que también operan en el área.
Este suceso en la Alameda pone en evidencia las tensiones entre el comercio ambulante y las políticas de regulación del gobierno de la Ciudad de México, que continúan siendo objeto de debate y protesta.