Reclamaba indemnización tras despido
Un incidente alarmante en Gustavo A. Madero
José Luis N fue abatido por elementos tácticos luego de haber tomado como rehén a un trabajador dentro de un gimnasio comunitario ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero (GAM). Los hechos ocurrieron la mañana del martes, cuando el hombre exigió una compensación de 600 mil pesos como supuesto pago por haber sido despedido de manera injustificada.
Amenaza con armas y exigencia de dinero
Durante dos horas de tensión, las autoridades intentaron negociar con José Luis N, quien amagaba con un arma a César N, el rehén. El incidente se originó luego de que, un día antes, José Luis se presentara a solicitar una compensación por los trabajos realizados como instructor en el gimnasio. Al no recibir respuesta, regresó armado al día siguiente, desencadenando la situación de riesgo.
El rehén fue mantenido bajo amenaza con dos armas de fuego mientras los presentes eran desalojados y la policía capitalina era alertada. Elementos de la Policía de Investigación (PDI) intervinieron para entablar diálogo y contener al agresor.
Disparo contra un agente
En medio de las negociaciones, el agresor se tornó violento y disparó contra un agente de la PDI, hiriéndolo levemente en el cuello. Como respuesta inmediata, un oficial del agrupamiento especializado Unidad Metropolitana de Operaciones Especiales disparó contra José Luis N, causándole la muerte al impactarlo en la región frontal del cráneo.
Investigación y acciones posteriores
Una carpeta de investigación fue abierta por la Fiscalía Especializada en Secuestros, al haberse solicitado dinero durante el incidente. Asimismo, la Dirección de Asuntos Internos revisará la actuación de los elementos que participaron en el operativo.
El agente herido fue reportado fuera de peligro, ya que la lesión fue superficial. Por otro lado, se informó que José Luis N no contaba con antecedentes penales, aunque ya se investiga si las armas utilizadas estuvieron relacionadas con otros delitos.
Un conflicto laboral que escaló
Las autoridades capitalinas informaron que el agresor conocía personalmente a su víctima y habría sido desplazado de su actividad como instructor en el centro comunitario, lo cual detonó su reacción. Ante el riesgo inminente para el rehén y el agente, se decidió intervenir de manera letal.
El caso ha sido calificado como un ejemplo grave de violencia derivada de conflictos laborales no resueltos, por lo que se han reforzado protocolos de atención en instalaciones públicas.